El verano es sinónimo de sol, vacaciones y momentos al aire libre. Es una temporada que invita a disfrutar, relajarse y recargar energías. Sin embargo, también trae consigo desafíos para nuestra salud y bienestar. Desde nuestra Fundación, queremos acompañarte con información útil para que vivas un verano saludable, seguro y pleno.

1. Cuida tu piel: Hidratación y Fotoprotección

Durante el verano, la piel es una de las más afectadas por el sol y el calor. La exposición solar sin protección puede provocar desde quemaduras y envejecimiento prematuro, hasta enfermedades graves como el cáncer de piel.

  • Usa protector solar con FPS 30 o superior, reaplicándolo cada 2 horas y siempre después de nadar o sudar.
  • Hidrata tu piel a diario, especialmente tras la ducha. Prefiere lociones con aloe vera, glicerina o ácido hialurónico.
  • Evita el sol entre las 10:00 y 16:00, cuando la radiación UV es más intensa.
  • No olvides proteger también tus labios, cuello, orejas y pies.

2. Alimentación Saludable y Refrescante

Una alimentación equilibrada es clave para mantener niveles óptimos de energía y evitar malestares digestivos o deshidratación.

  • Elige frutas y verduras frescas, que además de nutritivas, son hidratantes.
  • Incluye proteínas ligeras como pescado, huevo o legumbres.
  • Evita frituras y alimentos muy procesados que dificultan la digestión.
  • Si comes fuera de casa, verifica la higiene del lugar para prevenir intoxicaciones alimentarias.

3. Hidratación y Prevención de Golpes de Calor

El calor intenso puede derivar en deshidratación o incluso en golpes de calor, especialmente en niños, personas mayores o con enfermedades crónicas.

  • Bebe agua de forma constante, aunque no tengas sed.
  • Evita alcohol y bebidas con cafeína, que aumentan la pérdida de líquidos.
  • Usa ropa liviana, de algodón y colores claros.
  • Busca lugares ventilados o con sombra, especialmente en las horas más calurosas.

Signos de alerta: mareo, dolor de cabeza, piel seca o muy caliente, confusión. Si aparecen, consulta con un profesional de salud de inmediato.

4. Seguridad en el Agua: Disfruta Sin Riesgos

Las actividades acuáticas son maravillosas en verano, pero también requieren precaución y responsabilidad.

  • Nadar siempre en zonas autorizadas y con vigilancia.
  • Nunca dejar a los niños solos cerca del agua, aunque sepan nadar.
  • Respeta las normas de seguridad y sigue las indicaciones del personal socorrista.
  • Evita conductas de riesgo, como nadar en zonas profundas sin compañía.

5. Cuida tu Bienestar Emocional

El verano no solo es tiempo de descanso físico, también es una oportunidad para reconectar con nuestras emociones y fortalecer la salud mental.

  • Dormir bien (al menos 7–8 horas) es vital para mantener el equilibrio.
  • Practica ejercicio suave al aire libre: paseos, yoga o natación son grandes aliados del bienestar.
  • Comparte tiempo con quienes te hacen sentir bien y regálate momentos de autocuidado.

Este Verano, Disfruta con Conciencia

Desde nuestra Fundación, te animamos a incorporar estos sencillos hábitos que protegen tu salud y la de tus seres queridos. Un verano saludable no significa renunciar al disfrute, sino vivirlo plenamente con responsabilidad y cuidado.

Recuerda: hidrátate, protege tu piel, aliméntate bien y cuida tu equilibrio emocional.

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